martes, abril 25, 2006
colgado con el bajo
los dedos se deslizan libremente
no hay tiempo
no hay metrica
solo hay impulso
lo que fue un compas
es ahora un puñado de notas
lo que fue tormenta
es ahora calma
no hay tiempo
solo impulso
lo que fue alegria
es ahora tristeza
y lo que fue tristeza es ahora sabiduria
dura coraza
dura poco tiempo
salve
agoniza
esclava
anclado al mastil
viene y va
sale sube y se retuerce
sucumbe a la tristeza
sucumbe a la alegría
sucumbe al cambio
sucumbe al miedo
dame todos tus miedos
dame todos tus miedos
dame todos rus miedos
prenderé un fuego
en mi cabeza
iluminaré la oscuridad
dejaré que la piel se abrace
dejaré que el tiempo abrace
dejare dejarme al tiempo
olvidaré todo lo que antes vi
olvidaré las causas de mis cicatrices
dejaré que el tiempo haga sobre la piel
lo que deba ser
lo que sea
lo que
lo
L
.
miércoles, abril 19, 2006
Respiración boca a boca en las escaleras de emergencia
No sé qué miraba, tal vez la claridad de los rayos de sol que se colaban por los ventanales, te acercaste sin prisa y pronunciaste las palabras indicadas. Debe haber sido el cambio brusco pero tarde unos segundos en observarte completamente, sin filtros. Nunca dos personas se habrán mirado tan fijamente a los ojos mientras hablaban?
Estabas enojada, cansada tal vez, mis ojos te perseguían mientras fugabas por el pasillo, el sol me impedía ver como cuando era niño y mi padre me retrataba con su cámara de fotos.
Te seguí incansable, atento a cada paso tuyo, tal vez por eso nuestras pieles se cruzaban cada vez más cercanas. Veía en cada palabra tuya y saboreaba con la imaginación tus labios profundos.
La cadencia de mi respiración aumentaba o disminuía no importaba el ruido, no era parte de mi selectiva escucha, podía mirarte horas, me hablablas inocherencias, reías, te enojabas y volvías a reírte acercándote cada vez más cerca, cada vez mas pegada a mi piel.
Chocamos, tal vez por traicion de nuestros inconscientes y nuestros cuerpos se pegaron unos instantes y no se separaron, nos miramos y giramos sin despegarnos, el contexto desapareció de mi mente y tan solo pude concentrarme en tus labios... y la respiración cada vez más cercana y tus ojos atrayendome y el silencio presente dentro del caos. Las pieles buscándose a traves de las ropas, segundo tras segundo un instante eterno, ambos repentinos encontrados, abstractos, bailando en silencio rodeados por el caos. Te pegaste más aún a mi cuerpo sin miedo adentrandote en mi silencio y sentiste primero mi erección y luego pegaste tus labios a los mios. Y tu cuello y tu pelo y tus manos recorriendo mi cuerpo hasta que despertamos y caminamos por los pasillos sin dejar de mirarnos y te perseguí en silencio hasta llevarte hasta las escaleras de emergencia. El lado oculto de nuestros seres, tus labios carnosos y nuestro silencio. Nos cobijamos en el rincón más oscuro y nuestras manos buscaron entrar en contacto con nuestras pieles sin temores ni reparos. Deslicé mis labios bajo tu remera lamiendo tus pezones amotinados, sentí tus manos masturbando mi falo, dejamos de ser dos lentamente para ser uno y todo sin decir una palabra... Y en la oscuridad te penetré contra una pared atestada de grafitis y mis jadeos sobre tu oreja mientras la besaba y mordía buscando llegar bien hondo adentro tuyo. Tus uñas en mi carne, tus labios y el silencio, tus manos apretándome más adentro. El ritmo de nuestra respiración y nuestro cuerpo uno en uno, el calor de nuestra piel y la sed de nuestro sexo... me fui adentro tuyo inundandonos, giramos contra la pared hasta toparnos con una puerta cerrada y allí nos quedamos inmoviles y jadeantes cobijados por la oscuridad intermitente de un tubo.
Después al fin nos despegamos y bajamos las escaleras sin decir una palabra, al salir afuera nos topamos con una multitud que pujaba por entrar y avanzando contra la corriente nos miramos sin dejar de vernos entre la gente que nos atropellaba y empujaba, tomaste mi mano y me guiaste hasta el centro de la calle, despues te pegaste a mi pecho como queriendo escuchar la sincopa de mi corazón y me diste un último beso que interrumpió la marcha de un colectivo al cual te subiste y te marchaste. La última imagen tuya que guardé en mi memoria fueron tus labios contra el vidrio, luego me entregué al sueño de mi viaje para prolongar mi húmeda aventura en el campo de los sueños de donde nuestra historia parecía tenuemente arrancada... y todo sin decir una palabra...
No sé qué miraba, tal vez la claridad de los rayos de sol que se colaban por los ventanales, te acercaste sin prisa y pronunciaste las palabras indicadas. Debe haber sido el cambio brusco pero tarde unos segundos en observarte completamente, sin filtros. Nunca dos personas se habrán mirado tan fijamente a los ojos mientras hablaban?
Estabas enojada, cansada tal vez, mis ojos te perseguían mientras fugabas por el pasillo, el sol me impedía ver como cuando era niño y mi padre me retrataba con su cámara de fotos.
Te seguí incansable, atento a cada paso tuyo, tal vez por eso nuestras pieles se cruzaban cada vez más cercanas. Veía en cada palabra tuya y saboreaba con la imaginación tus labios profundos.
La cadencia de mi respiración aumentaba o disminuía no importaba el ruido, no era parte de mi selectiva escucha, podía mirarte horas, me hablablas inocherencias, reías, te enojabas y volvías a reírte acercándote cada vez más cerca, cada vez mas pegada a mi piel.
Chocamos, tal vez por traicion de nuestros inconscientes y nuestros cuerpos se pegaron unos instantes y no se separaron, nos miramos y giramos sin despegarnos, el contexto desapareció de mi mente y tan solo pude concentrarme en tus labios... y la respiración cada vez más cercana y tus ojos atrayendome y el silencio presente dentro del caos. Las pieles buscándose a traves de las ropas, segundo tras segundo un instante eterno, ambos repentinos encontrados, abstractos, bailando en silencio rodeados por el caos. Te pegaste más aún a mi cuerpo sin miedo adentrandote en mi silencio y sentiste primero mi erección y luego pegaste tus labios a los mios. Y tu cuello y tu pelo y tus manos recorriendo mi cuerpo hasta que despertamos y caminamos por los pasillos sin dejar de mirarnos y te perseguí en silencio hasta llevarte hasta las escaleras de emergencia. El lado oculto de nuestros seres, tus labios carnosos y nuestro silencio. Nos cobijamos en el rincón más oscuro y nuestras manos buscaron entrar en contacto con nuestras pieles sin temores ni reparos. Deslicé mis labios bajo tu remera lamiendo tus pezones amotinados, sentí tus manos masturbando mi falo, dejamos de ser dos lentamente para ser uno y todo sin decir una palabra... Y en la oscuridad te penetré contra una pared atestada de grafitis y mis jadeos sobre tu oreja mientras la besaba y mordía buscando llegar bien hondo adentro tuyo. Tus uñas en mi carne, tus labios y el silencio, tus manos apretándome más adentro. El ritmo de nuestra respiración y nuestro cuerpo uno en uno, el calor de nuestra piel y la sed de nuestro sexo... me fui adentro tuyo inundandonos, giramos contra la pared hasta toparnos con una puerta cerrada y allí nos quedamos inmoviles y jadeantes cobijados por la oscuridad intermitente de un tubo.
Después al fin nos despegamos y bajamos las escaleras sin decir una palabra, al salir afuera nos topamos con una multitud que pujaba por entrar y avanzando contra la corriente nos miramos sin dejar de vernos entre la gente que nos atropellaba y empujaba, tomaste mi mano y me guiaste hasta el centro de la calle, despues te pegaste a mi pecho como queriendo escuchar la sincopa de mi corazón y me diste un último beso que interrumpió la marcha de un colectivo al cual te subiste y te marchaste. La última imagen tuya que guardé en mi memoria fueron tus labios contra el vidrio, luego me entregué al sueño de mi viaje para prolongar mi húmeda aventura en el campo de los sueños de donde nuestra historia parecía tenuemente arrancada... y todo sin decir una palabra...
lunes, abril 10, 2006
El perro embotellado...
Vinicius de Moraes nos ha dejado un puñado de discos, libros, imágenes imborrables y enseñanzas... Sin duda en sus libros hay muchisimas frases que rebosan de alegría y buen vivir... pero una de las más alegres confesiones era la que hacía en las presentaciones de La Fusa...
Acompañado por Toquinho y María Creuza entre otros... y su infaltable amigo. Según él, el perro es el mejor amigo del hombre... Y como todos deberían saber, en todas las presentaciones Vinicius estaba acompañado por su inseparable perro embotellado... Un buen whisky.
Brindemos por la memoria de Vinicius.
funkangular
domingo, abril 02, 2006
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