jueves, julio 27, 2006

tetra












tengo una pila de cds a mi derecha, arriba de una cajita mágica cuyo contenido no puedo revelar, porque sino no sería mágica. Detrás hay otra pila de cds arriba de un pad, coronándolos 2 libros y arriba un ultimo cd con fotos. Una de ellas es la de arriba, pero cómo cuándo y dónde?

al lado un microfono y detrás otro, a mis espaldas un cuadro torcido y debajo una guitarra llamándome deseosa de que la toque y la mime. A mi izquierda un diccionario de ingles y al lado una fibra indeleble, debajo una hoja con mil anotaciones de las ultimas semanas, al costado dos envoltorios de alfajores que recién acabo de ingerir, detras una camara de fotos y al costado los auriculares, a su derecha un cortauñas y mas abajo una memoria ram. A mis pies un cabezal valvular y al lado sobre un tom de batería, un ampli monono, detras un pizarron donde escribía con tiza cuando era niño, al costado un tablero de dibujo, más arriba sobre la pared enfrente de mi una taza de rueda de camión bepo la cual uso de espejo convexo.

A su izquierda una reproduccion de The dream de Picasso y a su derecha un tateti en la pared. Más aca, más alla una lampara esqueleto sobre unas latas de film 35mm (vacias). Del otro lado de la pared más guitarras y libros y discos y ropa tirada por el piso, al lado de la cama, deshecha. Y justo sobre la cabecera una foto de Piazolla, sonriendo y una de Jimi exhalando humo... De algún momento a otro las luces se apagarán y yo ya me habre ido a tal o cual lado... y yo se que cuando esté todo en silencio y a oscuras (si y solo si ambas cosas) de la lata que guardo junto a mis lapiceros y pinceles, ahi donde guardo los juguetitos que encunetro por la calle, soldaditos, tigrecitos, autitos, planeadores, gato felix y monedas viejas... Saldrán uno a uno en caravana por el suelo entre la ropa las guitarras y las medias sucias cantando canciones mientras un buho hace de campana en la puerta para que cuando escuchen el primero de mis pasos, de la voz de retirada de nuevo hacia la lata, aquella que cada vez que queda todo en silencio y penumbras, se abre liberando a los chiches dispuestos a más caravanas de alegría entre medias sucias y libros apilados en el suelo...