lunes, junio 13, 2005
un viaje circular (parte I)
Un viaje circular
La pantalla iluminada imagen tras imagen en medio de la oscuridad y el perfume del cuello… la película terminaba tal cual el comienzo: una calle cubana con autos pasando y gente caminando, de pronto un colectivo entra en cuadro y la imagen se detiene y vuelve al color. La sala se ilumina y tras un breve comentario del profesor, los alumnos se levantan y se van cada cual en su mundo y sus comentarios… Camila me mira y la observo, casi logro comprender la individualidad del ser… y de una vida. Me levanto y salimos caminando al pasillo, llegando a la escalera comienza a comentarme sobre un incidente, pero no le presto atención mantengo retenida la imagen final de la película: ese colectivo… Bajamos rápidamente las escaleras y salimos fuera de la mole de concreto, el día está nublado, o pareciera estarlo por el brillo de los colores de las cosas. Cruzamos la calle frente a colectivos y autos detenidos ante el caudal de gente huyendo como hormigas tan solo para encontrar un asiento o lugar… Los billetes salen de las billeteras… el boletero monótonamente corta el boleto, toma el billete y da el vuelto en monedas. Las colas se multiplican a lo largo de las veredas… Cola para comprar boleto, cola para subir al colectivo, cola para avanzar cuando el colectivo esta repleto… Camila toma mi mano y me acerca a ella, con la otra mano me toma los pelos de la nuca y me acerca hacia su boca: me dice un secreto susurrando en mi oreja. Un colectivo está por marcharse y la gente sigue subiendo apretada, sentada en los escalones, colgadas del pasamanos… Camila corre hacia el colectivo pero regresa y me da un beso, la tomo de la mano y me jala para subirnos al colectivo que intenta marcharse… Nos trepamos a la escalerilla de atrás, ella sube, yo aún corro tras el colectivo sin convicción pero con muchas ganas de hacerlo. Al fin me prendo a la escalerilla y comienzo a experimentar la inercia en mi estómago cuando el colectivo toma una curva tras la cual acelera ferozmente con gente que aun corre inútilemente a la distancia… Alzo mi mirada prendido férreamente a la escalerilla y veo a Camila sonriendo y tendiéndome la mano invitándome a subir… Enérgicamente trepo los escalones y me acomodo abrazando a Camila y trabando con mi pie en una barra de metal para no caerme. El viento revuela la boa violeta de Camila, ella me sonríe guareciéndose contra mi cuerpo. El colectivo toma por una avenida y acelera más aún, la gente que viaja con nosotros en el techo se ajusta los cierres de sus camperas y alguno se recuesta pegado al techo con ambos brazos extendidos aferradas sus manos a las barras de las cuales todos nos agarramos… un grupito en el medio se aferran a una soga y fuman en ronda. Camila descansa su cabeza contra mi cuello y me rodea con sus brazos… Miro hacia el horizonte y solo veo carteles a lo largo de una autopista, el sol poniéndose en el ocaso, el viento golpeando mi cara y un puente que se acerca vertiginosamente… Todos nos agachamos y nos acurrucamos contra el techo del colectivo… pasamos ilesos… ya tomando la curva parece increíble la sucesión de construcciones de un lado y del otros extendiéndose hacia el limitado horizonte recortado digitalmente tras el cual se pone el sol… La oscuridad nos abate y llegamos a la primera parada tras el cual se bajan unos cuantos...
- Lo bueno del techo es que podemos fumar… - me dice Camila antes de que el colectivo arranque nuevamente y tape su voz… como un pez muriendo fuera del agua…
Uno de los pibes de adelante me hace seña pidiendo fumo, entonces le extiendo mi mano, el toma el cigarro y con la otra mano levanta el pulgar… Camila sigue contándome esporádicos mordiscos a mi oreja... Es entonces cuando llegamos a la frontera y el colectivo comienza a disminuir la velocidad… Todos no recostamos contra el techo y nos quedamos callados… El colectivo se detiene y uno de los uniformados armados grita que nos bajemos… Empezamos a descender y nos colocamos con las manos apoyadas en el colectivo. Uno de los guardias sube e inspecciona el interior del rodado pidiendo documentos. Luego baja con algunas personas el colectivo se marcha, a nosotros nos dejan detenidos al costado de la autopista… Vemos como se aleja el colectivo y a 50mts se detiene en la siguiente parada y una multitud de personas se trepa al techo… La oscuridad se abate sobre la silueta del colectivo rumbo al ocaso… Nos revisan a todos y me piden documentos. Los busco infructuosamente y recuerdo haberlos olvidado en otro pantalón. Camila se abraza a mi mientras un guardia receloso acaricia su fusil mirando celosamente la escena… Regresa uno de los oficiales con los documentos y los reparte, a los que no les devuelve el documento se los llevan al destacamento. Se acerca a mi ordenándome que lo acompañe, le entrego mis llaves a Camila, ella me mira apenada mientras me alejo al destacamento flanqueado por los guardias y sus fusiles, con la angustia de la impotencia ante las armas… Queda parada alejada del grupo que ya comienza a caminar hasta la siguiente parada, con sus piernas temblorosas y su boa violeta al viento… Cierro los ojos y conservo esa imagen por unos instantes: su cuerpo arropado suavemente cálido… y me pierdo en recuerdos atemporales…
La clase está alborotada y el profesor vocifera las consignas del trabajo práctico que debemos entregar la clase siguiente, miro a mi alrededor buscando a Camila pero no la encuentro y salgo al pasillo. Se que en algún lado debe estar y camino intentando reconocerla tras las personas que pasan frente a mi. Hasta que la encuentro al otro lado del pasillo frente a las escaleras de emergencia… Me acerco a ella y cuando estoy ya casi tan cerca como para alcanzarla, desaparece escaleras arriba dando comienzo a una cacería muy vertiginosa y excitante. Escalón tras escalón la veo alejarse rápidamente y sonriendo… las inscripciones de las paredes parecen una sola, la oscuridad gana presencia a medida que subimos más alto, la mugre acumulada es inadvertida por nuestros pies que velozmente trepan hasta el último piso… La escalera termina
Y las puertas de la terraza están cerradas, Camila esta atrapada… Solo un foco de luz ilumina el lugar débilmente entre inscripciones y manchas pegajosas secas en el suelo, me acerco lentamente hasta su cuerpo, ella sigue retrocediendo hasta una pared en la que arrinconándola comienzo a besarla. Sus labios húmedos me reciben con placer y comienza a tocarme con sus estilizadas manos, busco su cuerpo bajo la ropa y huelo su olor a piel, abstraídos de la realidad, inmersos en nuestra realidad comienzo a penetrarla y no importa ni la clase, ni la mugre del hueco mas alto de la escalera, solo su cuerpo y el mío. Camila me susurra mordiscos a mi oreja y me pierdo eternamente en ella… Dos polillas se persiguen alrededor de la lámpara de luz, incansablemente se golpean contra los bordes de la tulipa, incansablemente nos golpeamos uno contra otro húmedos y pegoteados, no conformes de besos.
Es ella quien me alerta de volver a la clase, nos acomodamos y bajamos nuevamente a la clase. En el camino el hambre se hace presente y me desvío a comprar algo para comer. Camila se adelanta a la clase escurriéndose tras un fugaz y húmedo beso y una sonrisa que se prolonga en mi recuerdo a medida que nos alejamos…
Cuando llego al aula el profesor está dictando preguntas a responder sobre la película, pero Camila no esta y decido salir a buscarla. Tal vez las luces y el perfume a piel me llevan tras esa mujer encantadora…
continuará...
foto y texto by funkangular
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
4 comentarios:
mas estudio y menos droga y chicas nene! me pongo celosa. que loco lo del techo... siempre onirico y liosergico vos
Amé este texto.
Me pareció un sueño, lo era?
Buen relato al menos para mí.
graciass en cuanto me libere del montaje posteo la parte II...
Publicar un comentario